Las rutinas de entre semana son muchas veces agotadoras y estresantes. Trabajar, llegar a casa y tener que continuar haciendo cosas, atender a nuestros hijos, mascotas, compra del super… un no parar en definitiva, que concluyen en un viernes (o incluso sábados para muchos) con un cansancio de dormirse en el sofá a las 10,30 de la noche.

Esto nos hace pensar: ¿cómo podemos las madres, ejecutivos, estudiantes, amas de casa etc. traer un poquito más de Zen a nuestras vidas en un día «loco»? ¿podemos compaginar nuestro día a día con la oportunidad de practicar yoga, meditación o nuestros deportes favoritos?

1. ORGANIZACIÓN Y ORDEN: Agenda y Guía de Práctica

Una buena planificación nos ayudará y mucho a solventar parte del estrés por querer hacer mil cosas a la vez.

Podemos organizar nuestra semana de tal forma que por ejemplo varios días practiquemos nuestras prácticas favoritas al punto de la mañana (es duro el madrugón, sí, pero nos mantiene relajados y nos hace sentir genial el resto del día), y otros días por la tarde. Aquellos días que hayamos disfrutado de ello, tendremos la posibilidad de en esa tarde ir a hacer la compra, mientras que otras, haremos deporte sin ir al super, dedicando a continuación tiempo para dar una vuelta, tomar algo…

Que la agenda no sea sólo un aburrido libro con «ordenes», sino de nuestros «deseos del día a día», y que cuando los cumplamos al final del día nos sintamos con ganas de que comience una nueva jornada.

2. GUARDAR UN MOMENTO PARA NOSOTROS 

Es interesante tener un ratito para cuidarnos, para pensar también en nosotros, para hacer deporte, dar una larga caminata con nuestra mascota, o darnos un baño de vez en cuando con agua caliente y espuma, ponernos guapos, cocinar, darnos un capricho… De disfrutar de «nuestro momento» y dejar la mente en «blanco». Ello supone, sin darnos cuenta, una forma de meditación, de conectar con nosotros mismos. La meditación no necesariamente tiene que implicar estar sentados en una almohada con la quema de incienso, lo hacemos constantemente sin tan siquiera darnos cuenta…

3. APROVÉCHATE DEL MÓVIL, QUE EL MÓVIL NO SE APROVECHE DE TI

Dice un estudio reciente que miramos el móvil hasta en 50 ocasiones al día. Vivimos atados realmente a él. Aprovechemos este aparato infernal! Pongamos citas de inspiración como alertas en nuestro calendario. Pequeños recordatorios emergentes que nos hagan mantenernos centrados y motivados. Un recordatorio para nuestro día a día que nos inspire, esa frase tan genial que nos pone las pilas que tanto nos gusta leer.

4. DISFRUTAR DE NUESTRO DÍA

No hay nada mejor que disfrutar y valorar todo lo que tenemos y hacemos. Muchas veces nos quejamos de nuestro día, de lo que nos toca hacer, de la cantidad de cosas, de los temidos lunes que comienzan.

Pero no nos damos cuenta de que disfrutando más de nuestra vida y valorando todo aquello que tenemos, ya sea nuestra familia, quienes somos, nuestro trabajo, o todo aquello en lo que ayudamos a alguien, nos hacen centrarnos en la gratitud que deberíamos tener y en ser más felices.

Los pequeños momentos son los que hacen que la vida merezca la pena y mucho: cuando de repente nos entra la risa por algo que nos están contando, el momento del café y del té, la conversación con una persona que queremos, nuestro momento dedicado a nosotros, todo aquello que hacemos tan bien…

No hace falta estar en una playa exótica tumbado en una hamaca para ser feliz. La felicidad en realidad nos rodea en cada momento, sólo hay que sacarle jugo!

Otras lecturas que te pueden interesar:

• Cinco gestos para potenciar el Amor por uno mismo
• Creando rituales